"Si examinamos la conducta del antiguo soberano Yao, encontraremos que el título honorífico de benemérito le pertenece. Se mostraba constantemente atento al cumplimiento de su deber, muy sagaz, de benevolencia ejemplar y gran prudencia, todo ello naturalmente, sin esfuerzo. Serio y respetuoso, sabía ceder y respetar. Su influencia y su fama llegaron hasta los confines del imperio, hasta los últimos límites del Cielo y la Tierra."